Nota al productor Nicolás Carral

Convergencia entre la radio y el streaming 

En el número anterior de nuestra revista, Pedro Patzer, responsable del Consejo Profesional de Radio de la entidad, observaba: “YouTube, que, de alguna manera, se ha transformado en el nuevo éter de todo eso que llamamos radio argentina, no solo aporta nuevas generaciones de videoyentes, que antes no habían experimentado el ‘vivo’ de la radio, sino que también abre otra forma de monetización y un novedoso panorama artístico.” 

“Convergencia” podría ser una palabra que encerrara con eficacia todo este entramado, este movimiento antes imperceptible y hoy incuestionable, que disuelve fronteras, acerca a las emisoras tradicionales a las nuevas plataformas, presenta un desafío mayor a los canales de cable y de aire, está creando un nuevo sistema de conductores surgidos de los semilleros del universo digital y que le plantea a cada consumidor, a cada oyente, una nueva forma de relación.  

Nicolás Carral

Para Argentores, recordamos, un concepto clave es el de “hibridez”, dado que el streaming es una reunión de lenguajes donde convergen el radiofónico, el televisivo y el de las redes sociales. 

Periodista, editor, guionista, docente, coordinador equipos de trabajo y “productor ante todo”, Nicolás Carral está en el centro de esta batalla y puede hablar como nadie de todo esto. Con 15 años trabajando en radios, streaming y podcast  (“desde emisoras comunitarias hasta medios mainstream”, aclarará), tiene una pata en ambos sistemas, tan  cercanos, tan distintos, ya que es coordinador de aire del programa Código Silly, con Coco Silly, en FM Pop 101.5 y tiene el mismo rol  en el ciclo Horrible y fascinante, que se emite a través de YouTube en el canal Blender, con la conducción de Jorge Pinarello, Navaja Crimen y Fiorella Sargenti. 

La charla transcurre en el amplio patio central de Blender. El sitio, enclavado en una vieja casona de Palermo, es definido por Carral como “un espacio común, que permite a la gente que pasa por acá quedarse, charlar, no irse, generando una mística muy particular. Al final, de tanto quedarte terminan -terminamos, en realidad- siendo parte de otros programas (risas). Esto, creo que tiene que ver con la edad, ¡muy joven! de las personas que por acá transitan. Muchas veces no tienen otras cosas que hacer, terminan armando casi una ranchada…”  

Didáctico, recuerda que el streaming empezó a surgir “cuando las radios comenzaron a buscar una transmisión por Internet. Fue el caso de aquellas radios comunitarias, barriales, chicas que, por ejemplo, tras la caída de una antena, decidían “salir por stream”, lo que implicaba que apareciera otro tipo de condiciones a la hora de transmitir. Fueron emisoras en un comienzo “comunes”, luego “online” y más tarde sostenidas en la imagen.” Un antecedente -cita- fue la tira deportiva diaria que en Del Plata conducía Sebastián Vignolo y que comenzó a emitirse en Fox, convirtiendo el programa en radio y televisión a la vez. 

“El streaming hoy ya tiene otro tipo de condimentos. Los estilos van apareciendo. Uno ve lo que hace Luzu, y advierte que a veces tiene cosas parecidas a un programa de Tinelli, uno observa a Blender y encuentra situaciones parecidas a programas de los noventa o de los dos mil. Ya se busca que sea mucho, mucho, mucho más que tres personas hablando. Es que las emisoras tradicionales percibieron en un momento que mucha gente podría poner en su televisor un programa de radio y escucharlo y verlo, dándose cuenta que era fácil, amigable ese contacto a través del aparato de tevé o de la pantalla de la computadora, porque a los celulares ya no venían con radio o el equipo de música estaba quedando viejo.” 

Explica que luego Vorterix fue uno de los primeros en apostar a este cambio.  “Con una diferencia con lo que sucede en los streaming de hoy y con las plataformas como Twitch o YouTube, Vorterix, y de un modo inteligente, en su momento planteaba una plataforma propia, donde vos, para acceder a su contenido solamente lo podías hacer entrando a su página. Para poder ver eso, debías tener una muy buena conexión a Internet, hacerlo desde una PC y, como mucha gente escuchaba los contenidos por radio tradicional, algunas cosas se perdían.  Hoy en día, ponés YouTube y podés ver y escuchar. Es amigable. Y en Argentina, YouTube permitió los vivos y eso allanó el camino para que muchos que querían hacer un canal audiovisual, pudieran. Es un fenómeno muy argentino. En otros países se transmite más en otras plataformas como Kick o Twicth”.

Consultado si es correcto denominar a Blender, Luzu, Olga e innumerables otras, como “radios que se ven”, responde: “Bueno, es más que eso. El streaming es un contenido netamente audiovisual que se sube a una plataforma y subestimarlo, argumentado que no lo es, es un error, es sacarle parte de la esencia. Al fin y al cabo, un programa de televisión con dos personas hablado, puede escucharse y ser también un contenido ‘radial’. Y en la radio cuántas veces se han puesto audios de tevé. Está todo cruzado.” 

Con respecto a la radio, no tiene dudas. Su vigencia es incuestionable para el productor. “Es que sigue siendo el lugar donde la gente encuentra compañía, información, alegría. El medio ahora está actualizándose en lo técnico, como se ve en la búsqueda de la creación de sus propios canales en YouTube”, explica. 

¿Deben tener cámaras las radios en sus estudios?  “Es un tema en debate, tal vez sea una tendencia que no pare, aunque hay empresas que todavía no quieren”. 

Para Carral hay un punto de conflicto en la industria radial regular: es la pérdida de gravitación entre los más jóvenes.“Ya hay una generación que no nació con la radio tal cual la hemos conocido y que, en todo caso, la ha consumido en un auto. Las camadas más grandes, cuando sienten que ‘necesitan’ la radio, la van a buscar naturalmente. Las nuevas no tienen esa necesidad y eso hace complejo educarlas para que vayan a hacerlo. Es más, si un chico quiera escuchar un podcast, no piensa en eso como en una radio, sino como claramente en otra cosa.” 

¿En este múltiple ecosistema de canales streaming, de radios que van generando nuevas instancias, cómo es la situación del autor, la del creador de “no ficción” y de “ficción”?  

Contesta: “Este es un trabajo muy autoral. Y en el streaming ahora -como en las radios, siempre – hay mucho por explotar.  En una plataforma on demand se buscan cosas, todo eso está escrito, está pensado. Hay un laburo creativo. Hay buenas ideas, hay giros, hay conceptos.” 

“Sí advierto -explica-, que tenemos poca ficción y mucha no ficción. El problema es que hoy estamos tan, pero tan faltos de ejemplos de ficción por fuera del gran sistema de las plataformas de series y películas, que es difícil ir a buscarlos, encontrarlos y que generen necesidad de emulación.”  

Carral agrega y remarca que el trabajo específico de “coordinación de aire” en una emisora o en un canal de streaming tiene mucho de autoral. “En mi caso, estoy pensando todo el tiempo en lo que llamo ‘los momentos’. Ejemplo: en un streaming no se suele cortar, no se ‘va a la tanda’, no se separa con una canción. Sigue derecho. Ahora bien, si un conductor quiere ir a fumar al patio, uno tiene que pensar qué se hace en ese momento, si transmitir con uno menos o acompañar a ese conductor con una idea. Entonces, hay que decirle: ‘Bueno, vas a salir, te va a seguir una cámara y vas a hacer una escena donde pasa esto y pasa lo otro y vas a interactuar con otro que estaba ahí, etc.’.  Hay que pensar y resolver situaciones de un momento a otro, qué vuelta de tuerca se le puedo encontrar a algo, cómo puedo hacer de esto algo divertido para los que están ahí y para los que están viendo. Y todo al instante. Eso es autoral.” 

Para finalizar, un ida y vuelta con aspectos puntuales de esta movida en ese espacio donde confluyen los lenguajes radiofónicos, televisivos y el de las redes sociales de manera híbrida e imparable. ¿Dónde está el semillero, el lugar adonde se abreva y se captan los talentos?  “Y, en las plataformas. Mucho en YouTube, claro, -replica-. Se está atento a quien cuente una historia, al que cree un contenido. No es relevante solo una buena voz, una buena imagen. Es tener algo interesante que decir. Si uno ve un buen contenido en Instragram, en Twitter, trata de tenerlo. Vorterix, por ejemplo, está lleno de  twitteros, gente muy divertida que viene de “ahí”. Lucas Rodríguez, que maneja la programación, es de ese palo y conoce bien ese aspecto.”  

¿Dónde se siente más “él”, en la radio o en el canal?  “Soy un bicho de radio y la amo, pero tengo que decir que el streaming es un nuevo chiche en el que están pasando cosas”. 

Finalizamos hablando de cómo imagina todo este tablero en el corto plazo. “No sé, no me animo. Lo único que quiero es que las radios vuelvan a tener la fuerza que alguna vez tuvieron.” 

L.C.