¿Y qué tal si hacemos un YouTube nacional? 

YouTube, que, de alguna manera, se ha transformado en el nuevo éter de todo eso que llamamos radio argentina, no solo aporta nuevas generaciones de “videoyentes”, que antes no habían experimentado “el vivo” de la radio, sino que también abre otra forma de monetización y un novedoso panorama artístico. 

Por ejemplo, Caro Pardíaco se caracteriza físicamente para su sketch en Olga. 

Julián Kartun en “Caro Pardíaco”

Cómo, ¿Olga es radio? 

Consideramos que una buena parte lo es, ya que el streaming es hibridez, un espacio donde confluyen los lenguajes radiofónicos, televisivos y el de las redes sociales. 

Por ejemplo, Blender tiene guionistas como Julián Marini (oriundo de radio), Pablo Mir (nativo de la televisión) y Facundo Díaz (surgido de las redes sociales). 

El streaming es algo así́ como un festival de lenguajes históricos que adquieren nuevos elementos. 

Dicho esto, es fundamental la relevancia que alcanza YouTube, ya que el aire que antes estaba administrado por el Estado nacional bajo la órbita del Ente Nacional de Comunicaciones, ENACOM (ex COMFER, hoy AFSCA o Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual), entidad la primera que otorga o quita licencias, ordena el tráfico del éter, impone multas y debe hacer cumplir las leyes argentinas, ahora, con el “nuevo aire” desprovisto de regulación, de alguna manera, se lo deja en manos de esta plataforma norteamericana, que establece las reglas del juego: modalidades de monetización, medición de audiencia, convenio con los canales o emisoras (Partner) y hasta políticas de restricción dado que YouTube tiene lineamientos de su comunidad en el que se describe qué tipo de contenido se permite y se prohíbe en la plataforma. 

“Desayuno intermitente”

El tema a discutir es ¿si puede una plataforma internacional regir las pautas de comunicación en nuestro país? 

¿Habrá palabras permitidas y otras prohibidas? 

¿Con qué criterio se establecen estas normas? 

¿No deberían ser consensuadas con las autoridades locales? 

Lo mismo con las condiciones de monetización, ¿no debería aportar algo al Estado o a la industria nacional? 

Lo cierto es que, si bien hay otras plataformas como Twitch o Kick, es YouTube la que concentra la mayor cantidad de emisoras y canales en la Argentina. 

Sé que son tiempos en los que el Estado está cada vez más ausente y tenemos un ENACOM al que la regulación le parece una mala palabra, pero, aclarado esto, me permito (ingenuamente) preguntar: ¿Y qué tal si hacemos un YouTube nacional? 

Una especie de plataforma publica donde deban abrevar todas las emisoras nacionales, donde las reglas del juego no cambien antojadizamente, en la que se deban respetar las leyes nacionales, se pueda generar un sistema de negocios y publicidad que promuevan la industria audiovisual argentina. 

Ok, puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único. 

Pedro Patzer