Un precedente histórico: Thomson Reuters vs. Ross Intelligence
El futuro de los derechos de autor en la era de la IA

El reciente fallo judicial a favor de Thomson Reuters contra Ross Intelligence marca un punto de inflexión en la batalla por la protección de los derechos de autor frente al avance de la inteligencia artificial. Este caso, resuelto el 11 de febrero de 2025 por el juez Stephanos Bibas, del Tribunal de Distrito de Delaware, establece un precedente fundamental para creadores, guionistas y generadores de contenido en todo el mundo.
El caso: cuando la IA intentó apropiarse del trabajo humano
La demanda, interpuesta en 2020, acusaba a Ross Intelligence de utilizar sin autorización el contenido de Westlaw, la plataforma legal de Thomson Reuters, para entrenar su sistema de inteligencia artificial. Esta plataforma, reconocida por sus valiosos resúmenes jurídicos y análisis elaborados por editores humanos, representaba años de trabajo creativo y editorial.
Ross Intelligence, tras intentar sin éxito obtener una licencia para usar estos contenidos, recurrió a métodos alternativos para acceder a ellos, con el objetivo de desarrollar un servicio competidor. La empresa argumentó que este uso estaba amparado bajo la doctrina del “uso justo” (fair use) de la legislación estadounidense.

El “uso justo” que no era justo
El aspecto más relevante de esta sentencia es el contundente rechazo del juez Bibas a la defensa del “uso justo”. Como señaló en su fallo: “Ninguna de las posibles defensas de Ross tiene fundamento. Las rechazo a todas”.
Para determinar si aplica el “uso justo”, los tribunales evalúan cuatro factores esenciales:
1. Las razones detrás del uso de la obra
2. La naturaleza de la obra original
3. La cantidad de material protegido utilizado
4. El impacto en el valor de mercado de la obra original
Thomson Reuters prevaleció en dos factores críticos: el primero y el cuarto. El juez enfatizó particularmente el último, dictaminando que Ross “pretendía competir con Westlaw desarrollando un sustituto de mercado”, lo que claramente perjudicaba el valor económico del trabajo protegido.
Implicaciones para la comunidad creativa
Este fallo representa una reivindicación para todos los creadores de contenido. El tribunal ha reconocido explícitamente que los resúmenes, análisis y trabajo editorial añaden una “chispa creativa” que merece protección legal. Como señala la sentencia, al destilar y resaltar los puntos esenciales, el editor añade su juicio y creatividad, “del mismo modo que un escultor talla una obra a partir de un bloque de mármol”.
Para guionistas, dramaturgos y creadores audiovisuales, esta resolución supone un respaldo a valores fundamentales: el reconocimiento del trabajo intelectual, la importancia de la creatividad humana y el derecho a controlar y recibir compensación por el uso de las obras propias.

Un horizonte esperanzador
Aunque Ross Intelligence cerró sus operaciones en 2021 debido a los costes legales del litigio, esta victoria de Thomson Reuters tiene un efecto potencial mucho más amplio. Actualmente, numerosas empresas de medios y autores han presentado demandas similares contra gigantes tecnológicos como OpenAI y Microsoft, alegando el uso no autorizado de sus obras para entrenar modelos de IA.
Como señala el profesor James Grimmelmann, de la Universidad de Cornell y especialista en derecho digital e internet: “Si esta decisión es seguida en otros casos, será realmente negativo para las empresas de IA generativa”. Esto podría significar un futuro donde los creadores recuperen el control sobre sus obras y reciban el justo reconocimiento por su trabajo.
Para la comunidad de guionistas y creadores, esta sentencia abre un camino esperanzador: un futuro donde la innovación tecnológica y la creación artística puedan coexistir bajo principios de respeto y justa compensación. No se trata de frenar el avance de la IA, sino de construir un ecosistema donde se reconozca y valore adecuadamente el trabajo creativo humano.
Como comunidad creativa, tenemos ahora un precedente legal que respalda lo que siempre hemos defendido: que la chispa única de la creatividad humana merece protección, reconocimiento y respeto. El fallo de Thomson Reuters vs. Ross Intelligence no es solo una victoria legal; es una afirmación de que, incluso en la era de la IA, el valor del trabajo creativo permanece inalterable.
Pablo Menegol