Estrategias para no desesperar
Mientras tanto

Somos guionistas y queremos escribir, somos actores y queremos actuar. Somos productores y no tenemos recursos para invertir. O no entendemos el mercado todavía o no queremos correr riesgos. O creemos que la ficción es demasiado cara. Entonces los que escribimos nos vamos quedando sin tela para cortar. Sin puertas para tocar. Sin archivos para abrir. Página en blanco y los programas como Word o Final Draft se van llenando de telarañas. Los dedos se endurecen. Las ideas saltan y rebotan sobre el parquet.
No entendemos la vida si no podemos contar.
Entonces, hay dos opciones: o callamos o contamos de prepo. Es decir, sin esperar que el representante, el productor, la plataforma o Dios nos llamen a escena.
No es una novedad, ojo. Desde que existe la ficción, existen los caminos alternativos para generar contenidos, pero sí, está bien, los tiempos cambiaron. Imposible tener recursos financieros para hacer una telenovela o una serie. Producir, editar, vender la lata, prensa. Y pagarle el elenco, la técnica. Imposible. Lo nuestro es caro. No alcanza con armar una cooperativa y conseguir una sala, que también requiere de un enorme esfuerzo y creatividad para la gente de teatro. Nosotros necesitamos un soporte audiovisual. Y eso es otro precio.
Pero como eso no sucede, tendemos a languidecer y resignarnos.
Hay, sin embargo, un mientras tanto que vendría a ser un poco de cabotaje, pero cumple, aunque en forma acotada, el objetivo de hacer para no desesperar. Es un equivalente literario a autopublicarse. Es limitado, pero al mismo tiempo ilimitado. ¿Por qué? Porque se puede hacer lo que te gusta, casi gratis, sin que nadie te imponga nada. Es pura anarquía y a la vez te afila la creatividad para todo. Buen ejercicio para los que recién empiezan y manejan todo esto de taquito y para los del medio y los de antes que si se ponen media pila pueden aprender.
Bien, pero: ¿de qué estás hablando? Ah, sí. Perdón, de los formatos verticales. Vamos ahí directo porque lo anterior era solo para plantear un escenario de frustraciones y autocompasión que no llevan a nada. Entonces la propuesta de esta nota es motivarlos y motivarnos a generar contenidos con nada de inversión o muy poca en efectivo y mucha inversión en talento y creatividad.
¿Y cómo se hace?
No soy experta y mucho menos puedo dar cátedra del cómo, pero es básicamente el principio que rige nuestra profesión. Nuestro mantra: hacés, haciendo, aprendés, aprendiendo. Acá les cuento lo que yo investigué para mí y que estoy intentando, pero hay mucho más y a la vez tampoco es tanto.

Empecemos por el cuentito
Antes que nada, y mucho antes de que metas un prompt, o sea una instrucción, pregunta o solicitud en la IA, pensate el cuento. Lo que querés contar. No intentes nada sin tener antes tu cuentito de cinco líneas y tu público objetivo: tu target. Qué querés contar y a quién. Más que nada porque eso te ordena y si querés producir contenido, un poco tenés que aprender a pensar como un productor, con esa cabeza. Porque ésta es la parte no romántica. Hay que meter todo en cajitas y básicamente en una cajita vertical porque nos vamos a enfocar en este formato aquí y ahora. Hay otros, pero los dejamos para cuando tengamos esta parte de taquito. Entonces, repetí conmigo: tengo un cuento sólido y a la vez flexible como un molde de siliconas. Lo puedo dar vuelta de todos lados, pero siempre vuelve a su formato original.
Formato vertical

Se llama así porque el público lo consume básicamente en los teléfonos inteligentes, smarthphones. Y no pidas que los pongan apaisados porque están en la calle, en un medio de transporte, en un consultorio o en su casa en el mejor de los casos. Hay que adaptarse al consumidor sin debate, es así, el cliente tiene razón. El modo de consumir contenidos lo fue imponiendo Facebook, YouTube, TikTok e Instagram. Lo genial de esto es que estos canales de difusión son gratuitos para el usuario. Lo de “gratuito” es debatible porque todos los que aportamos contenido somos proveedores que regalamos nuestra materia prima. O sea, sin nosotros, las vidrieras están vacías. Con más razón tenemos derecho a usar estos canales de difusión para expresarnos creativamente. No todas son fotos de bebés, mascotas y atardeceres. Podemos contar historias y tener nuestro propio canal en YouTube. Esto es una ventaja doble porque hacemos lo que sabemos y ese contenido se convierte en un link que puede traernos beneficios secundarios, o sea, trabajo.
Ahora hagamos la escaleta
Esto como siempre. Pensemos cuántos episodios, cuántas temporadas. Acá sos el dueño o dueña de todo. ¿Los límites? Ya te los van a ir imponiendo. Ensayo, error, como siempre. Chequeálo con colegas o con tu tía, toda devolución suma. Y cuando esté listo: ¿cómo generar un canal en YouTube y ser dueño absoluto?
Decálogo del guion para ese formato
Episodios de 3 minutos, máximo.
Dos o tres personajes: protagonista, coprotagonista y un tercero que va rotando. Que cada personaje tenga un propósito muy definido.
En total no más de cinco personajes por temporada.
Decorados: simples y efectivos.
La situación clara y bien explícita.
Todo se dialoga de manera un poco obvia y explícita. No hay metáforas.
Planos cerrados o plano americano.
Efectos visuales.
Efectos de sonido.
Género
Lo que más funciona en la actualidad: policiales y románticos. O las dos cosas en una mejor. Un toque de humor siempre suma.
Producción
Se puede con un celu y nada más. Pero si conseguís alguito de audio, un buen MIC por ejemplo, suma. Y la iluminación muy clave también. Siempre pensando en que tu contenido se verá en la mínima pantalla de un celu. Aún con gente que tiene buena vista, es necesario ser muy preciso.
Tips o consejos que suman
Captar la atención al segundo de empezar el video. En cine, los primeros cinco minutos son claves para retener al espectador en su butaca. Acá, son cinco segundos. Decile ya lo que va a ver y por qué. Después te quedan un par de minutos más para contarle el episodio entero y 15 segundos para meter el gancho o el cliffhanger.
El gancho que dejes es clave, esto aplica para todo.
Final Cut
Es clave aprender a editar porque es ahí donde se termina de contar el cuento (que siempre tuviste muy claro). CAPCUT es una aplicación que funciona muy bien y hay buenos tutoriales para exprimirlo al máximo. Tiene infinidad de opciones y si se usa la versión paga, duplica. Y lo mejor es que te permite agregar los subtítulos que son indispensables en este formato. La mayor parte de los usuarios consume el contenido sin audio por diversas y obvias razones.
Aprovechar las funciones de YouTube Shorts con hashtags y música popular. Te conviene crear listas de reproducción con tus episodios para facilitar la navegación. También rinde muy bien usar las herramientas de analítica de YouTube para conocer los episodios que tienen mejor rendimiento. Es tu rating, che.
La música
Toda la que esté disponible de manera gratuita, hay mucha.
Por último
Digo, es muy poco lo anterior para decir: por último, pero hay un límite de espacio que debo respetar y además no sé tanto como para hacer un ensayo. Te comparto lo que voy aprendiendo y te doy el empujoncito para que dejes de llorar en tu casa y te autogestiones la manera de contar tu cabeza. Te prometo que resulta. Te motiva y te tracciona para adelante y esa energía siempre es buena y atrae cosas. Suena algo tarotista, pero es tal cual.
Juntarse con otros, armar comunidad, colectivo y buenos grupos también suma y un montón. Cuando ya tenés todo escrito, producido y editado, ahí le metés toda la energía en difundir, en compartir los contenidos, trazar estrategias para que te vean, te sumen clics que te permitan monetizar tu contenido. ¿Viste? Siempre termina siendo por plata.
Y todo lo demás es suerte.
Belén Wedeltoft